sábado, 16 de agosto de 2008

Sin la lectura... ¿Quién soy yo?

Segunda parte

PRESENTACIÓN


Maestro será quien enseñe

a otro a ser lector


¿Qué es la lectura? ¿Qué es el lector?

Son dos asuntos con una historia tan ancha y larga como la misma historia de la existencia del Homo-Humano sobre la tierra.

Son dos preguntas para las que cada lector deberá darse su propia respuesta.

Las mías, como lo expondré en los capítulos de esta parte y del resto del libro, parten del hecho de que la lectura es el umbral por el cual el Homo-Humano accede al conocimiento y se transmuta en Maestro LECTOR LUDI.

LECTOR LUDI que es aquel quien descubre el conocimiento para darle sentido a su vida, transmutándose a sí mismo y a las realidades que crea y habita.

LECTOR LUDI que es quien posee y domina lo que ha leído y no quien se deja poseer y dominar por las ideas o las ficciones de lo que lee.

LECTOR LUDI que es quien se ha iniciado en la lectura jugando con la compañía de un Maestro LECTOR LUDI y de otros iniciados, porque su aprendizaje se realiza como una actividad solidaria para que sea significativa.

Porque, si bien, el leer y la lectura, son acto y actividad que se realizan en soledad e intimidad, compartir su aprendizaje y desarrollo en la convivencia del juego, multiplica su poder para el descubrimiento de conocimiento para la invención de nuevas realidades y obras.
Porque es, en la actividad solidaria y socialmente significativa, a la que los rusos, Lev S. Vigotski y Mijaíl M. Bajtín, consideraron origen del lenguaje y del psiquismo, en donde radica el poder transformador de la lectura y el punto en donde se encuentran los territorios inexplorados de la invención y del conocimiento.

En fin, definiciones de una historia de la lectura y del Homo-Humano lector. Historia que se inicia desde el momento en el cual el Homo comenzó a ser humano. Tal y como en la alegoría del Génesis, comenzó a conocer todo lo que le rodeaba, porque "casi todo" era bueno para él y porque Yahvé había creado ese Jardín del Edén para que lo disfrutara en su honor... con una sola condición...

Pero, el Homo-Humano cayó en tentación, comió del fruto del Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal y fue expulsado del Paraíso.

Desde ese entonces, fue condenado a tener que leerse y leer su ámbito para sobrevivir, porque en la Tierra ya no todas las cosas eran buenas para él y debía aprender a diferenciar lo bueno de lo malo, el bien del mal, lo conocido y lo desconocido. Y, para lograrlo, sólo contaba con el único beneficio que le dejó su pecado: descubrir y utilizar el conocimiento... para su beneficio o para su perjuicio.

Desde entonces, el Homo-Humano se enfrenta al dilema: ser lector y aspirar a ser libre o ser esclavo y víctima de su ignorancia.

O, ser dueño de su destino.

O, ser víctima de la más aterradora de las ignorancias: confiar su destino a poderes inconocibles.

Ignorante es quien se evade de sus propias realidades.

Y, la lectura no es ni debe ser un camino ni de escape ni de evasión.

Por eso, fue el Maestro LECTOR LUDI, el Sócrates hedonista, el que se escabulle del idealismo platónico, quien recomendó y enseñó a Alcibíades a ser él mismo, a:

"Tomarse a sí mismo como objeto de desvelos" ("Epimelathenai seautou").

Descubrirse, conocerse y manejarse a sí mismo y a sus realidades para poder ser dueño de sí mismo y de su destino (1).

Porque, un hombre que se enseña a sí mismo y enseña a otros a ser objeto de sus desvelos, a leer y a ser lector de sí mismo y de todo lo existente en la Naturaleza, se transmuta y es, él mismo, un Maestro LECTOR LUDI.

Explicar las ideas anteriores son los propósitos con los que se emprende la escritura de los capítulos de esta segunda parte.

En los capítulos del uno al cinco, se trata de definir y desarrollar algunos conceptos y métodos sobre cómo el Maestro LECTOR LUDI y su alumno podrían realizar el proceso de iniciación a la ALQUIMIA DE LA LECTURA.

En el sexto, se explicará cómo y por qué el jugar y el juego son el fundamento de las acciones y actividades del Maestro LECTOR LUDI y su alumno.

NOTAS

(1) Michel Foucault, La hermenéutica del sujeto, Fondo de Cultura Económica, México, 2002 (539 p.).

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La alegría de la lectura por Iván Rodrigo García Palacios se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.